Beneficios de comer pollo
En la dieta mediterránea clásica hay un ingrediente por excelencia que no puede faltar, este es en la mayoría de recetas, la carne. La carne de pollo, la de ternera, o de cerdo forman parte de nuestro día a día y de nuestra despensa. Pero, ¿te has parado a pensar alguna vez la influencia que tienen estas carnes en nuestro organismo?
La carne es la principal fuente de proteínas para nuestro cuerpo. Las proteínas, podríamos decir, que indirectamente nos ayudan a movernos. Las proteínas son macronutrientes que forman, reparan y regulan correctamente la estructura de nuestro cuerpo en general.
Es por eso que comer proteínas es tan necesario en determinadas épocas de nuestra vida. Cuando somos niños, nuestro cuerpo está creciendo y se está formando, por lo que necesitamos echarle una mano para que crezca correctamente. Durante la vejez, nuestro cuerpo necesita una ayuda para mantenerse vital. Pero además, algunas personas al largo de su vida necesitan un refuerzo por el estilo de vida que llevan, los deportistas, que necesitan reparar el gasto que hace su cuerpo al forzarlo de forma extrema.
Diferencia entre las carnes rojas y blancas
Como sabrás hay algunas carnes que se recomiendan consumir con menor regularidad que otras. Esto se debe a la cantidad de grasa que tiene cada carne, porque además de proteínas las carnes nos aportan otros nutrientes que en cierta medida no son tan saludables y necesarios para nuestro cuerpo.
Viene de ahí la distinción entre las carnes rojas y las blancas. Las rojas son las que contienen mayor % de grasas, por lo que se recomiendan consumir con menos frecuencia, según los expertos deberíamos de consumirlas una vez por semana. Estas carnes son la carne de cerdo, aunque algunas partes se consideran carnes blancas, carnes de vacuno, como la ternera, la carne de buey, o la de caballo. Podemos identificarlas, porque en crudo tienen un color más rojizo, de ahí su nombre.
En cambio las blancas, podemos decir que son las carnes magras, que contienen menos de un 10% de grasas, normalmente son proteínas mucho más sanas que se recomiendan consumir más habitualmente que las carnes rojas, porque son proteínas con alto valor biológico, por aportar además vitaminas y minerales. La carne blanca engloba además de algunas zonas del cerdo y la ternera, la carne de pollo, la carne de pavo, la de conejo, la de perdiz…
A pesar de tener una gran variedad de carnes a nuestra elección, una de las carnes más consumidas tradicionalmente es la de pollo.
La carne de pollo en nuestra dieta
La carne de pollo lleva en nuestra cultura gastronómica desde hace siglos, de hecho es una de las más consumidas en todo el planeta en general. La carne de pollo tiene muchos beneficios y no solo en nuestra dieta, sino que también en nuestro bolsillo.
Al ser tan consumida, es una de las más cultivadas, y permite tener un precio mucho más asequible que otro tipo de carnes. Pero antes de que se extendiera la ganadería intensiva para este tipo de animales, eran criados en casa, ya que era un animal fácil y asequible de tener en casa que después permitía cocinar platos con muchos nutrientes.
Pero más allá de su precio, la carne de pollo es muy consumida por sus beneficios nutricionales.
- Carne con poca grasa. La carne de pollo tiene alrededor de un 2% de grasa que se recomienda mucho en dietas hipocalóricas.
- Carne con muchos nutrientes. Además de proteínas, nos aporta vitaminas, lípidos y minerales como el calcio.
- Carne de fácil digestión. Al tener menos grasa, es menos pesado para nuestro estómago digerirla.
- Carne con posibilidad de ser más jugosa. Una de las características de esta carne es que puede ser más jugosa, ya que la grasa está muy localizada en la piel, y si la dejamos al cocinarla, el plato será mucho más jugoso.
Este tipo de carne es la base de la dieta de los deportistas, ya que tienen que cuidar mucho su alimentación, y evitar las grasas, pero sin dejar de lado el aporte de proteínas para que su cuerpo esté apunto.
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